
Ciudad antigua
de la serie Una vieja ciudad
«UNA VIEJA CIUDAD»
Y pasaron muchos, muchos años y la ciudad envejecía cada día y cada minuto, pero cada día era un año, cada minuto una eternidad.
La madera de las puertas y ventanas se agrietaba por falta de pintura. Nadie pintaba las paredes ni reparaba las calles ni restauraba los viejos lugares.
Los antiguos palacios, donde había florecido el arte y la literatura, se cubrían de grietas y partes de sus paredes se habían desprendido, formando pequeños túmulos de escombros a los pies de sus muros, que nadie recogía.
Y entonces, nadie sabe de dónde, apareció un mago, un hombre enjuto y taciturno que iluminaba todo a su paso. Humildemente, fue levantando cada piedra y colocándola en su lugar con sus propias manos, entonces otras manos también lo hicieron; aquel hombre tenía muchas manos, su bondadosa sonrisa sumaba gente a la causa de todos.
Y la ciudad comenzó a relucir como en los viejos tiempos, entonces todos comprendieron que solo las buenas obras suman voluntades y aúnan virtudes.
Inda.